CONEJO, PERDIZ Y LIEBRE.
Comparten el protagonismo de la caza menor
en la provincia ya que a grandes rasgos
coinciden en hábitats y destino. Estas especies
se han visto afectadas por la transformación
de la cultura agropecuaria y la llegada de
las enfermedades del conejo (Oryctolagus
cuniculus) que mermaron sus poblaciones y
en consecuencia transfirió parte de su presión
cinegética sobre liebre (Lepus granatensis) y
perdiz (Alectoris rufa). Aún así, hoy en día
se puede seguir disfrutando de su caza en la
mayor parte de la provincia, en las campiñas de
olivar salpicadas de tierras calmas, padrones
y bosques isla, gracias a su capacidad de
adaptación y el continuo esfuerzo del sector
cinegético por conservarlas.
Estas especies pueden cazarse de las formas
más variadas, pero liebre y perdiz roja
proporcionan modalidades singulares como
son la caza de liebre con galgo y la caza de perdiz
con reclamo macho. Ambas modalidades
implican la habilidad del cazador no solo en
el lance sino en el cuidado y educación de sus
animales para poder disfrutar de su afición
durante la temporada. Los aficionados a
estas modalidades encontrarán en Jaén buen
número de cotos donde disfrutar de forma
intensa la caza menor.
ZORZALES, PALOMAS Y TÓRTOLAS.
El principal nexo de conexión entre estas
especies es que todas ellas suelen cazarse
desde puesto fijo, proporcionando una
experiencia deportiva de tiro rápido que exige
velocidad y puntería. Las especies de paloma
(Columba sp.) más frecuente son la paloma
torcaz y la paloma bravía. La primera está
asociada al bosque mediterráneo mientras
que la segunda está presente en multitud de
hábitats. Junto a la caza desde puesto fijo,
existe una larga tradición de caza de la paloma
torcaz con cimbel, especialmente en Sierra
Morena. Es interesante destacar la población
de paloma bravía totalmente silvestre que
persiste en el sureste de la provincia y aún
nidifica en barrancos y cárcavas, no en
infraestructuras humanas.
La caza de zorzal (Turdus sp.) es otro de los
atractivos de la provincia. El gran número de
linderos entre monte y cultivo hace que sus
desplazamientos diarios en busca de alimento
puedan ser aprovechados para ubicar puestos
en los lugares donde muestran querencia.
Todas las especies de zorzal están presentes
en la provincia: común, alirrojo, charlo y real,
este último en las zonas más altas como la
Sierra de Segura y Sierra Mágina.
La estrella de la media veda sin duda es la
tórtola (Streptotelia turtur). La especie está
muy ligada a la actividad agropecuaria,
especialmente los olivares donde
tradicionalmente ha nidificado. No se ha
visto beneficiada por la intensificación del
olivar, pero la recuperación de métodos de
cultivo respetuosos con la caza y el buen
número de cotos en dehesas ganaderas hace
que la media veda esté llena de oportunidades
en toda la provincia.
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