INTRODUCCIÓN
La Provincia de Jaén atesora un rico y
variado patrimonio natural en el que
conviven la mayor superficie de espacios
naturales protegidos de España con
parajes naturales y sierras escarpadas, la
mayor extensión de olivar del mundo con
amplias campiñas y vegas. Esta variada
masa vegetal da vida a multitud de
especies de animales, lo que la convierte
en un auténtico paraíso para el turismo
cinegético en el sur de Europa. Es una
actividad deportiva que se integra con
la conservación y el respeto al medio
ambiente.
La profusión de estas especies y la calidad
de los trofeos hacen de Jaén un destino
idóneo para la práctica cinegética en sus
diferentes variedades, comarcas y épocas
del año, en contacto con la naturaleza
más virgen. Estratégicamente ubicada en
la puerta de Andalucía, Jaén se vertebra
sobre el eje de dos de las principales carreteras
de conexión con Madrid y Cádiz y
con el levante andaluz. El aeropuerto de
referencia Federico García Lorca Granada-
Jaén se encuentra a una hora de distancia
desde la capital y en torno a dos horas está
el aeropuerto internacional de Málaga.
En mitad de esta encrucijada de caminos
y a la cabeza del Valle del Guadalquivir
se extiende una provincia donde la caza,
mayor y menor, está autorizada en más de
un millón de hectáreas.
Esta variedad cinegética, de gran arraigo
en el territorio jiennense, se ordena en
cotos y se articula en torno a una variada
carta de servicios de máxima calidad y
amplia tradición. Este hecho, unido a la
oferta turística y cultural de la provincia,
con Ciudades Patrimonio Mundial de la
Humanidad, la cuna del aceite de oliva,
castillos llenos de actividades y una
diversa y extensa cartera de servicios de
turismo activo en plena naturaleza, hacen
que Jaén sea un destino ideal para cazar,
pescar y participar de otras actividades
que conviertan la suya en una estancia
inolvidable.
En Jaén, la experiencia de la caza y de
la pesca le resultará muy satisfactoria y
completa. La tradición de este deporte
hace que todo el territorio esté salpicado
por empresas de servicios cinegéticos
(armerías, guarnicionerías, rehalas,
taxidermistas...). La cantidad de especies
de caza mayor y su presencia histórica en
el territorio hace que el valor de los trofeos
sea elevado. Su alta densidad en los cotos
y reservas permite numerosos trofeos.
Ciervos, cabras monteses, jabalíes, gamos,
muflones y corzos habitan las sierras.
El bosque de olivos –más de 60 millones desplegado
por toda la provincia, junto a
las extensiones de campiña, son el nicho
perfecto para una rica diversidad de caza
menor: conejos, liebres, perdices, zorzales,
palomas y tórtolas pueblan todo el territorio.
En el 93% de la provincia se puede cazar.
En torno a 900 cotos acogen anualmente
a miles de cazadores. Muchos de estos
cotos están insertos o limítrofes con
espacios naturales protegidos, puesto que
Jaén con más de 300.000 hectáreas, es la
provincia española con mayor superficie
protegida. En Andalucía está permitida
la caza en todos los Parques Naturales y
existe una figura legal de protección del
territorio vinculada a la caza: Las Reservas
Andaluzas de Caza.
A ellas pertenecen 70.000 hectáreas de
las más de 200.000 hectáreas del Parque
Natural Sierras de Cazorla, Segura y las
Villas. Además de las que dedican los
demás Parques Naturales de la provincia
jiennense: Despeñaperros, Sierra Mágina
y Sierra de Andújar. En todos ellos existe
un vínculo inexorable entre la actividad
cinegética y la gastronomía.
El visitante tiene la oportunidad de disfrutar del arte culinario
en distintas dimensiones, desde los almuerzos camperos que
reconfortan las jornadas de caza hasta los restaurantes más
exclusivos que convierten las piezas de caza en un deleite para
los sentidos: la carne de monte, los escabeches de caza, los
patés, alubias con perdiz, andrajos con liebre... las mejores
carnes marinadas con los mejores productos de la tierra y, por
supuesto, el mejor aceite de oliva del mundo. La innovación
de los restauradores ha incorporado a la extensa carta de
cocina cinegética productos de nueva generación como el
salchichón cocido de gamo, el codillo de ciervo, los muslitos
de pato azulón en aceite de oliva o el paté de faisán. Sabores
que han entablado nuevos maridajes con una gastronomía ya
de por sí exuberante, en la que tradición de huertas, dehesas
y ríos sigue ofreciendo nuevas sensaciones para todos los
paladares.
La gastronómica es solo una de las vertientes de una
actividad ancestral. Desde las pinturas rupestres con
escenas de caza localizadas en Despeñaperros, Sierra Sur
o Sierra Mágina, declaradas Patrimonio Mundial de la
Humanidad por la Unesco, a los múltiples hallazgos que
pueden descubrirse en las salas del Museo de Jaén, prueban
el desarrollo de la caza desde la Prehistoria. Incluso
hay fuentes documentales escritas como el “Libro de la
Montería” (1311-1350), primer compendio cinegético en
Europa, que describe minuciosamente la diversidad y valor
de las piezas que se podían cobrar en la provincia de Jaén,
desde la Sierra de Segura a la de Andújar, de la Sierra Sur a
Cazorla, donde se monteaban en épocas pretéritas, además
de venados, osos y lobos.
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